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LEYENDA DEL KM 31 MEXICO

 


En México existe una carretera en donde han ocurrido numerosos accidentes y fallecimientos. Es un punto negro de la carretera México-Toluca, en una zona conocida como ‘El Desierto de los Leones‘. Es una zona boscosa, con curvas pronunciadas, tambien mucha niebla, pero sobretodo está ligada a fenómenos paranormales.

La leyenda cuenta que durante la construcción de esta carretera varios constructores fue muy brutal y misteriosamente asesinados en el kilómetro 31. Y que sus espíritus quedaron atrapados en ese lugar, desde entonces se dice que sus almas aparecen en la carretera y causan accidentes.

Muy cerca de este lugar se encuentra el ex-convento del ‘Desierto de los Leones’, el cual fue construido en el siglo XVII, un antiguo convento de los Carmelitas Descalzos. Cuentan que en algunas ocasiones aparecen hombres con hábitos negros además se escuchan sus lamentos, rezos y súplicas. Se dice que los espíritus de los monjes que por algún motivo no han podido trascender.

La aparición de un niño.

Dicen las voces de los lugareños que entre las almas que penan por este lugar está también la de un niño, el cual se dice que está maldito.

El niño murió ahogado por su madre. Al tener una muerte tan trágica su espíritu quedó condenado a vivir entre el mundo de los vivos y los muertos. Al no poder descansar es tanta su furia que quiere provocar el mismo sufrimiento a otras almas. Es por ello que de manera mal intencionada provoca la muerte para que esas almas se unan a su sufrimiento.

Quienes vivieron tan mala experiencia cuentan que al iniciar la curva del kilómetro 31, el niño cruza la carretera y pueden sentir como arrollan su cuerpo con fuerza, la sensación es la misma como si arrollaran a un cuerpo real. Los conductores bajan nerviosos a buscar el cuerpo del niño el cual no aparece por ninguna parte y ningún rastro del atropello.

Pero de pronto escuchan pisadas del otro lado del coche, es como si jugara a las escondidas con ellos. Al mirar debajo del coche se encuentran cara a cara con el espíritu del niño con tez pálida y ojos rojos, como un demonio.

El niño observa profundamente a su víctima y desaparece como por arte de magia. Los conductores en chock, continúan su camino, pero por la angustia y el terror de lo vivido terminan accidentándose más adelante.

Quienes consiguen sobrevivir a dicha aparición cuentan que desde entonces el niño los persigue en sus pesadillas.