"Caminos y más caminos... ¿acaso no se aburren de elegir?"
La noche corre suavemente sobre los pasillos decoloridos de mi casa, a lo lejos, en la punta de las montañas que bordean el valle donde vivo veo con claridad un par de nubes azafranadas que vuelan hacia mi morada... ¡Qué miedo me provocan las tormentas de este tipo!
Sin pensarlo dos veces corro hacia las puertas y meto mi meñique en su hendidura para cerciorarme que nada entre por ellas... los truenos iluminan mi jardín de orquídeas. Me detengo en seco, coloco mi mano sobre la pared para mantener mi equilibrio, escucho mi corazón "Pum... Pum...Pum" parece más un zumbido que un latido.
Las primeras gotas caen, escucho sus risas con desdén, tomó un carrete, cojo una aguja y coso mis orejas a mis sienes, el dolor es insoportable, pero lo que me persigue en esas nubes es algo mucho peor.
El sótano era mi lugar favorito, siempre que bajaba me sentía poderoso, pero ahora todo ha cambiado... son demasiados los que viven ahí... !No hay espacio para uno más! El olor ha cambiado durante estos días, antes al respirar el aire que se guardaba en aquellas paredes era fresco pero ahora se volvió una verdadera cámara de gases ¡Que se ha de hacer! Nada dura para siempre.
Tomo algunos huesos del sótano me los froto en todo el cuerpo como parte de un ritual para mantener alejada a la lluvia de mí.En estos únicos momentos, antes de la lluvia, antes de sentirme acosado, tengo pequeños momentos de lucidez: ¿En serio han sido tantos?
Tomo mi pistola... bajo al sótano y me siento enfrente de un gran público silente.
Caminos y más caminos... ¿Acaso no se aburren de elegir?
La noche corre suavemente sobre los pasillos decoloridos de mi casa, a lo lejos, en la punta de las montañas que bordean el valle donde vivo veo con claridad un par de nubes azafranadas que vuelan hacia mi morada... ¡Qué miedo me provocan las tormentas de este tipo!
Sin pensarlo dos veces corro hacia las puertas y meto mi meñique en su hendidura para cerciorarme que nada entre por ellas... los truenos iluminan mi jardín de orquídeas. Me detengo en seco, coloco mi mano sobre la pared para mantener mi equilibrio, escucho mi corazón "Pum... Pum...Pum" parece más un zumbido que un latido.
Las primeras gotas caen, escucho sus risas con desdén, tomó un carrete, cojo una aguja y coso mis orejas a mis sienes, el dolor es insoportable, pero lo que me persigue en esas nubes es algo mucho peor.
El sótano era mi lugar favorito, siempre que bajaba me sentía poderoso, pero ahora todo ha cambiado... son demasiados los que viven ahí... !No hay espacio para uno más! El olor ha cambiado durante estos días, antes al respirar el aire que se guardaba en aquellas paredes era fresco pero ahora se volvió una verdadera cámara de gases ¡Que se ha de hacer! Nada dura para siempre.
Tomo algunos huesos del sótano me los froto en todo el cuerpo como parte de un ritual para mantener alejada a la lluvia de mí.En estos únicos momentos, antes de la lluvia, antes de sentirme acosado, tengo pequeños momentos de lucidez: ¿En serio han sido tantos?
Tomo mi pistola... bajo al sótano y me siento enfrente de un gran público silente.
Caminos y más caminos... ¿Acaso no se aburren de elegir?